«Un concierto de música clásica nunca tiene por qué ser
aburrido; hoy tocaré "Claro de luna" y también piezas de pop»
-¿Decidió hacerse
pianista por motivos familiares o simplemente porque era su sueño?
-Al contrario, mis padres no son músicos, y siempre han
estado en contra de que me hiciera músico, mi padre siempre me decía que estaba
a tiempo para buscarme un buen trabajo.
-¿Cuáles son sus ídolos
pianistas?
-Muchos pianistas del pasado, la mayoría muertos, no es que
tenga algo en contra de los que están vivos, pero creo que actualmente no son
tan conocidos como Bach, Chopin o Beethoven. No podría dar ningún nombre en
especial, hay muchos que me encantan y para mí son todos únicos e
irreemplazables.
-¿Cree que existe
alguna diferencia entre los pianistas españoles y los pianistas del resto de
Europa?
-No soy un experto en los pianistas españoles, pero sí estoy
seguro que hay diferencias, siempre es posible distinguir entre pianistas
rusos, alemanes o italianos. En mi opinión, creo que los pianistas españoles
que destacaban lo hacían en el extranjero, en París sobre todo. Supongo que se
trataba de algo político.
-Usted ha trabajado
como profesor en varias universidades de Nueva York. ¿Qué es lo que pretende
enseñar a sus alumnos?
-Bueno, la verdad es que podría estar mucho tiempo hablando
de este tema, pero para mí lo más importante es servir a la música y al arte.
Que sientan la música, que la vivan como parte de ellos. Siempre les digo a mis
alumnos que si la música no forma parte de ellos es que no están destinados a
ser músicos.
-¿Qué opina sobre el
maratón de piano callejero que se ha realizado en Begoña, donde han participado
59 jóvenes de todas las partes del mundo? ¿Cree que es una buena oportunidad
para dar a conocer el mundo del piano?
-Pienso que es una idea perfecta, desgraciadamente he
llegado tarde, pero confieso que el año que viene me encantaría poder tocar en
la calle. La verdad que lo encuentro una enorme oportunidad para los futuros
pianistas, que pierdan la vergüenza y sobre todo para que la gente se involucre
más en el mundo de la música clásica.
-¿Que opinión tiene
sobre la actual situación musical para una futura formación pianística?
-La verdad que nunca ha sido fácil el mundo de la música.
Tenemos el caso de Mozart, un niño tan prodigioso como él y no llevaba una vida
nada fácil, era y es muy difícil conseguir conciertos. Hay mucha gente que se
queja, pero igual ahora tenemos la oportunidad de las ultimas tecnologías, las
comunicaciones fluyen mucho más fácilmente, y sobre todo la gente tiene mejor
acceso a la música.
-Con qué se siente
más cómodo: ¿Tocando delante de miles de personas o dando clase delante de un centenar de jóvenes con ganas de
aprender?
-La verdad es que prefiero tocar delante de mil personas,
tienes la sensación de que estás tocando para algo en general no de una forma
tan específica. No encuentro diferencia entre dar clase o tocar el piano, pero
sí confieso que me pongo mucho más nervioso cuando tengo que tocar para diez
personas.
-¿Qué vinculación
tiene con Gijón?
-Es la primera vez que vengo y la verdad que llevo muy pocas
horas aquí, pero he tenido muy buena sensación y confío en poder volver.
-Ha sido reconocido
con numerosos premios, ¿qué siente al ver que su trabajo es tan reconocido?
-Simplemente toco el piano, me gusta lo que hago e intento
hacerlo lo mejor posible.
-¿Qué ofrecerá esta
tarde en su concierto?
-Creo que un concierto de música clásica nunca tiene por qué
que ser aburrido, tocaré «Claro de luna», pero también piezas de pop y confío
en poder gustar al público gijonés.